ANTES DE EMPEZAR
– Estar al día en el conocimiento de la normativa ambiental, de seguridad, etc., esmerarse en su cumplimiento y solicitar los permisos y licencias municipales que sean de aplicación.
– Disponer los contenedores de residuos necesarios para posibilitar una separación selectiva en función de sus requisitos de gestión.
– Reducir al mínimo la ocupación del terreno por acopios de materiales.
– Evitar la ocupación de áreas ambientalmente valiosas.
– Evitar la compactación del suelo destinado a zonas verdes.
– Establecer planes de revegetación y recuperación de la orografía del terreno una vez finalizados los trabajos.
– Respetar en los drenajes el sistema anterior de las aguas de escorrentía.
OBLIGACIONES EN UNA DEMOLICIÓN.
Con demasiada frecuencia, el único criterio que se utiliza para comparar las diferentes ofertas de servicios de demolición es, en estos tiempos, meramente económico, olvidando requisitos especialmente importantes.
Como mínimo, existe una combinación de requisitos específicos que han de tenerse en cuenta a la hora de evaluar las diferentes ofertas de que existen en el mercado, que aseguren que estamos ante una empresa verdaderamente especializada.
Se pueden aceptar como criterios básicos a valorar los siguientes:
• Referencias: es importante que la empresa sea capaz de proporcionar un historial de trabajos especializados en demolición. Así mismo sería interesante que estos antecedentes pertenezcan a diferentes épocas para poder comprobar la evolución de la compañía.
• Especialización: poder comprobar que la empresa pertenece realmente al gremio en el que está ejerciendo la actividad especializada.
• Certificaciones: aunque por norma general las certificaciones no son un criterio excluyente a la hora de escoger a una empresa, generalmente aportan valor (ej. certificación en normas ISO) y en algunos casos las acreditaciones pueden tener un carácter fundamental para la ejecución del trabajo (ej. inscripción en el RERA si hay riesgo de amiantos).
• Técnica: es preciso conocer los criterios técnicos empleados para planificar y ejecutar el proyecto, así como los equipos que se van a utilizar en la obra y la técnica de la propia propuesta de ejecución.
• Seguridad: uno de los elementos clave que hay que tener en cuenta es una serie de garantías mínimas de seguridad que el empresario debe prever. Esto incluye el plan de prevención y la vigilancia de la salud, pero también la seguridad de los equipos y bienes colindantes con el objeto de la demolición.
• Medioambiente: es importante conocer en qué grado la empresa respeta las diferentes etapas en lo que respecta a los residuos, para gestionar de manera específica el proceso de retirada correspondiente a cada tipo de residuo.

PROCESO DE CUANTIFICACIÓN
Es preciso elaborar un informe en el que se cuantifican los residuos peligrosos detectados, en el que se incluyan al menos los siguientes datos:
• Cantidad: expresada en volumen, superficie o peso, según sea el caso
• Ubicación: indicada en un plano o alzado, para que sean fácilmente localizables
• Tipo: naturaleza y código de identificación de los residuos
• Estado: indicando cómo se encuentran y si requieren algún condicionante especial para su gestión adecuada
En algunos sectores puede ser necesario indicar también otros datos, como:
• Productor: identificación de la persona o entidad titular
• Origen de los residuos: como parte de un proceso de producción, por mezcla con otros residuos,…
• Acciones previas: fecha y descripción de los tratamientos realizados, si es el caso (por ejemplo, aislamientos ambientales en caso de riesgo para la salud pública, irrigación de sellantes para evitar dispersión de fibras,…)
PROCESO DE IDENTIFICACIÓN
Un aspecto fundamental para el adecuado manejo de un residuo peligroso es su identificación, ya que la naturaleza y características de peligrosidad inherentes a él determinarán las acciones y precauciones oportunas en cada caso para su manipulación.
Para poder identificar los residuos peligrosos, puede ser necesario tomar muestras de los mismos, mediante los mecanismos más adecuados a cada tipo de residuo (mediciones ambientales, recogida de fragmentos,…), tomando para ello las precauciones oportunas.
Las muestras se enviarán a un laboratorio acreditado, que nos dará los resultados de la analítica para añadirlos al informe de la investigación.
Dependiendo del sector, será preciso codificar los residuos encontrados según la Lista Europea de Residuos (LER) o según el Código Internacional de Identificación de Residuos (CIIR).
En cualquier caso, todos los resultados obtenidos durante el proceso de identificación de residuos peligrosos (tanto positivos como negativos) deben adjuntarse al proyecto, en el que posteriormente se basará cualquier acción a realizar.


PROCESO DE INVENTARIADO
El inventariado de residuos peligrosos puede realizarse como paso previo a la transformación de un edificio o estructura (por ejemplo, para realizar una rehabilitación, demolición o desguace), o bien para tener conocimiento del estado y características de los mismos.
Algunos inventarios pueden ser solicitados por requisitos legales (por ejemplo, en caso de ruinas industriales, suelos contaminados,…), y otros se realizan porque el edificio o estructura continúa en uso, y se desean incorporar las sustancias peligrosas al plan de prevención de riesgos laborales.
El inventario nos permite saber dónde y cómo están las sustancias peligrosas, conocer los riesgos que entrañan y, en caso de necesitar realizar algún tipo de modificación, tener la información pertinente.
En cualquier caso, el inventario debe ser actualizado periódicamente para que pueda considerarse como fiable.
La realización de un procedimiento de investigación, identificación y cuantificación de peligrosos nos permite obtener un inventario detallado, que puede complementarse con datos como medidas preventivas para la salud de las personas, o para la contención de las sustancias peligrosas.
PROCESO DE INVESTIGACIÓN
El origen y los flujos de residuos peligrosos pueden ser muy diversos. A esta diversidad, hay que añadir que la gestión de los residuos peligrosos está también vinculada, en muchos casos, a la normativa laboral y de prevención de riesgos.
Y en el caso de algunos sectores (por ejemplo, en construcción), es de aplicación también la normativa específica para la gestión de residuos.
Se propone seguir un procedimiento estandarizado para la búsqueda y caracterización de residuos peligrosos, como etapa previa a otras labores: mantenimiento, rehabilitación, fin de la actividad industrial, demolición,…
Este procedimiento ha de servir para buscar residuos peligrosos, y en caso de encontrarlos, identificar y cuantificar las sustancias presentes en la construcción (edificación o estructura) o en el soporte que corresponda (barcos, trenes,…).
La necesidad de este procedimiento de búsqueda y caracterización ya está recogida en la normativa vigente para varios tipos de residuos peligrosos, pero no está unificada ni se ha especificado claramente quién debe hacerla, ni los pasos a seguir.
Por motivos lógicos, debería ser una entidad independiente (al edificio, industria,… y también que no sea la misma que realiza la descontaminación) quien realice la labor de investigación, identificación y cuantificación de los residuos peligrosos.
El resultado de esta labor servirá para obtener un inventario (por ejemplo, para tomar las medidas oportunas en el plan de prevención de riesgos) o bien para proceder posteriormente a las tareas oportunas de descontaminación.
Este procedimiento previo se denominaría proyecto IIC-RP, en alusión a las etapas de investigación, identificación y cuantificación de residuo(s) peligroso(s) que se realizan en el mismo.


DEMOLICIÓN MANUAL
La demolición manual es el conjunto de operaciones organizadas para demoler de forma parcial o total una construcción (edificación o estructura), con empleo mayoritario de medios manuales.
Este tipo de demolición se efectúa cuando las circunstancias del objeto a demoler lo aconsejen o, sobre todo, si se requiere un nivel especial de precisión (por ejemplo, si se necesitan salvaguardar elementos constructivos cercanos o anexos).
La demolición manual es segura, versátil, y tiene otras ventajas como una fácil accesibilidad y ligereza de los equipos.
Además, la afección que genera a las personas y lugares colindantes a la ejecución suele ser muy baja.
Sin embargo, se trata de una actividad que requiere un alto coste de personal, con una productividad muy limitada.
DEMOLICIÓN MECÁNICA
La demolición mecánica es el conjunto de operaciones organizadas para demoler de forma parcial o total una construcción (edificación o estructura), con empleo mayoritario de equipos mecánicos, por técnicas de empuje, tracción, impacto o fragmentación.
La demolición mecánica se basa en el empleo de equipos portantes (robots, retroexcavadoras, excavadoras,…) con implementos específicos para demolición (martillos, demoledores primarios, demoledores secundarios, multiprocesadores,…).
Ejecutada adecuadamente, es una actividad segura, con la que se consigue una mayor rapidez y productividad, comparada con la demolición manual.
La demolición mecánica requiere, en muchas ocasiones, de labores previas de preparación, de espacios amplios de trabajo (según el equipo empleado) y de labores posteriores de acondicionamiento de los residuos generados.


FASES EN UNA DEMOLICIÓN
• Firma de contrato.
• Planos o croquis de la obra. Entrega y explicación al Encargado/jefe de Obra.
• Señalización.
• Instalación de campamento de SST.
• Inspección, Accesos , Medianerías y Suministros.
• Corte de acometidas
• Vallado de obra
• En caso de necesidad, se procede al andamiaje exterior de la edificación para proteger al viandante y asegurar líneas de vida para los operarios.
• Se procederá al desmontaje de todos los elementos e instalaciones en fachadas e interiores, para acometer la demolición de tabiquerías, muros y estructuras, libre de cualquier material que no sea inerte.
• Clasificación de todos los residuos procedentes de las propias instalaciones.
• Se procederá a la demolición manual previa para eliminar todos los elementos de riesgo.
• Demolición manual de las zonas potencialmente de riesgo.
• Regado permanente para aminorar en la mayor medida posible la polución y las partículas en suspensión
• Desmontaje de los andamios.
• Entrada de maquinaria pesada a la obra.
• Señalización.
• Evacuación manual de escombro.
• Recuperación de material y residuos reciclables.
• Preparación de la demolición total de la edificación sobre rasante.
• Colocación de lonas de neopreno protegiendo la vía pública durante la ejecución mecánica de las demoliciones.
• Regado permanente para aminorar en la mayor medida posible la polución y las partículas en suspensión.
• Demolición completa de la edificación sobre rasante.
• Clasificación y valorización de todos los residuos procedentes de la ejecución.
• Asignación de contenedores para cada tipo de residuo.
• Evacuación de todos los residuos clasificados y valorizados previamente a gestor final autorizado.
• Levantado de solera y conformidad con el espesor requerido.
• Demolición y extracción de cimentación.
• Mantenimiento de orden y limpieza en la parcela.
• Completa limpieza al final de la obra.
• Entrega de la obra.

DESCONTAMINACIÓN NECESARIA
La existencia de sustancias peligrosas o potencialmente peligrosas no siempre obliga a su retirada inmediata, ni a realizar una descontaminación.
Algunas de estas sustancias pueden seguir empleándose con normalidad o mantenerse para su fin original, siempre y cuando estén debidamente identificadas y no supongan un riesgo para la salud o el medio ambiente. Cuando estas sustancias lleguen al final de su vida útil, o cuando su estado o peligrosidad supongan un riesgo, se convertirán en un residuo peligroso y deberán ser retiradas.
De forma general, será necesario realizar una descontaminación cuando el tipo de residuo peligroso al que nos enfrentamos requiera su retirada, y ésta deba hacerse mediante un proceso especial de aislamiento, retirada y acondicionamiento, para que no suponga un riesgo para la salud o el medio ambiente.
FORMACIÓN DE POLVO (EMISIÓN PARTICULAS A LA ATMÓSFERA)
– Humedecer o regar los acopios de material susceptibles de crear polvo.
– Regar periódicamente viales y pistas de acceso a la obra o instalaciones auxiliares por donde circule la maquinaria.
– Minimizar en la medida de lo posible el movimiento de maquinaria, y limitar su velocidad de circulación.
– Situar las zonas de acopio de materiales susceptibles de crear polvo alejadas de vías de circulación del tráfico.
